Estas semanas desde la fundación hemos vivido muchos desafíos y aprendizajes. También nos ha tocado adaptarnos a las nuevas circunstancias y con el paso de los días, según íbamos descubriendo que la situación iba para largo, hemos adaptado nuestros objetivos y estrategias.
Desde el primer momento, este cambio ha respondido al convencimiento de que ahora, más que nunca, es necesario seguir. Nuestro propósito es generar igualdad de oportunidades y velar por el bienestar de los niños, niñas y jóvenes. Esta es nuestra estrella polar y nuestra razón de ser. El cierre de los colegios y escenarios no puede significar dejar a las familias más aisladas de lo que las tiene el confinamiento y por eso encontrar el camino para seguir cerca de ellas entre tanta incertidumbre es más importante que nunca.
Nuevos desafíos y aprendizajes
Como fundación, adaptarnos a las circunstancias actuales ha sido todo un reto por varios motivos:
- Nos dedicamos a enseñar música en orquestas y coros, es decir, como parte de un grupo, y este último factor es clave dentro de nuestra metodología.
- El poder llegar a muchos niños y niñas al mismo tiempo es muy complicado, porque, aunque la enseñanza digital puede funcionar en la educación ordinaria, no funciona tanto para las clases de música por las interferencias que genera el sonido del instrumento y los problemas de conectividad en las clases online.
Por lo tanto, la primera decisión que tomamos cuando se decretó el cierre de las escuelas fue continuar las clases de música de manera individualizada, en formato online, con el alumnado con el que teníamos contacto directo y disponía de los medios para hacerlo.
Con esta nueva metodología surgieron nuevos desafíos y aprendizajes relacionados con:
1. La brecha digital:
No todas las familias tienen los mismos medios y posibilidades de realizar estas clases online, los alumnos han de disponer de un dispositivo desde el que realizar la clase (móvil, portátil…) y de una red de internet que permita mantener una clase fluida.
2. Las condiciones de cada hogar:
No es lo mismo convivir con seis personas en la casa que con dos, tener una habitación para ti en la que poder recibir la clase online a no tenerla, disponer de espacios comunes en el hogar, etc.
3. Las circunstancias familiares:
Tenemos muchas familias que hacen lo que sea necesario por garantizar que el niño o la niña realice la actividad y otras que, por diversas circunstancias, no pueden colaborar tanto. Esto es un trabajo en equipo entre la fundación y las familias, y la flexibilidad y cooperación deben ser mutuas.
4. Otros grandes retos
Por otro lado, el profesorado se ha enfrentado al desafío de cambiar una metodología basada en la enseñanza presencial, que controlan y saben que funciona, y atreverse a innovar. Las preguntas que nos iban surgiendo las hemos respondido con creatividad e inteligencia colectiva, lo que nos ha unido mucho más como equipo.
Que siga la música
Tras las primeras semanas, para poder llegar a todas las familias con los recursos disponibles, volvimos a la modalidad de aprendizaje colectivo creando nuevos canales de comunicación para cada nivel. En el caso de las orquestas y coros del programa Haz Que Suene realizamos actividades semanales interactivas de lenguaje musical a través de una aplicación. En nuestro programa de educación especial, se envían desafíos semanales que ponen a prueba la creatividad de los y las jóvenes en distintas disciplinas artísticas cuyos resultados nos tienen que mostrar mediante vídeos. Una metodología similar se utiliza con las agrupaciones de percusión. Por su parte, los coros siguen ensayando intercambiando audios y partituras.
Cambio de prioridades
Se ha realizado una labor de investigación para detectar y ajustarnos a las necesidades de las familias. Todo el equipo contactó a las más de 350 familias beneficiarias de nuestros programas con tres objetivos:
- Conocer cómo se encontraban y si tenían alguna necesidad que pudiésemos ayudar a solventar.
- Conocer si cuentan con un dispositivo móvil para realizar las actividades semanales que podemos ofrecerles.
- Solicitarles autorización para incluirles en los nuevos canales de comunicación.
Desde la dirección, los esfuerzos se han concentrado en reorganizar las prioridades de la fundación.
Las áreas se han difuminado un poco para trabajar en un objetivo común: ayudar a solventar las principales necesidades de las familias originadas a raíz de la crisis del coronavirus y ofrecerles diferentes tipos de recursos que puedan aliviar su situación (ayuda de alimentación, atención psicológica, apoyo escolar, asesoramiento legal y ayudas en materia de violencia de género, entre otras).
El equipo psicosocial ha trabajado desde el primer día en coordinación con el tejido social y público de la Comunidad de Madrid, especialmente en el distrito de Tetuán, para garantizar el bienestar de todas las familias. Ahora, más que nunca, tenemos que estar ahí para ellas y la fundación es, en muchos casos, la única puerta que conocen a la que pueden llamar en caso de que necesiten apoyo.
El manejo de la frustración
Uno de los principales retos del equipo ha sido manejar la frustración generada por propias limitaciones. Hemos mantenido conversaciones con muchas familias cuya situación es realmente alarmante y aunque quisiéramos hacer mucho más o acelerar algunos procesos, hay aspectos que simplemente no están en nuestras manos. Para contribuir a paliar los efectos de esta situación, se ha fortalecido el área psicosocial, ofreciendo apoyo a todas aquellas familias que lo necesiten y derivándolas a otros recursos de la red.
Algunos datos que reflejan la gravedad de la situación. Solo en el mes de marzo:
- Las peticiones de apoyo psicosocial aumentaron un 700%.
- Se han realizado 63 derivaciones de casos.
A nivel interno, hemos reajustados los recursos disponibles a los programas de la fundación sabiendo que algunos objetivos pedagógicos planteados inicialmente no vamos a poder lograrlos. También nos hemos visto obligados a reducir costes para prevenir las consecuencias de una crisis que ya nos está golpeando.
Tiempo para la esperanza
A pesar de las dificultades, esta crisis también nos está llenando de esperanza. Hemos visto cómo la solidaridad se ha multiplicado y hemos sido testigos de una enorme implicación social. La cooperación y el trabajo en red cobran más sentido y emergen como respuesta a los problemas colectivos.
Las familias han sido nuestro mayor referente de solidaridad y resiliencia. Muchas de ellas, aun no estando pasando por un buen momento, renuncian a algunas de las ayudas que les hemos ofrecido (como por ejemplo, apoyo escolar o alimentación) para que otras familias con mayor necesidad puedan beneficiarse de ellas.
Juntos podremos lograr no solo vencer al virus, sino también frenar sus consecuencias sociales. Para ello es necesario reforzar el sector social y considerar a todas las entidades. Y esta es la fase en la que nos encontramos en la actualidad. Buscamos apoyos para ejecutar un proyecto que hemos diseñado en colaboración con el proceso de desarrollo comunitario de Tetuán, el movimiento 15díaspara y otras entidades educativas como EscueLab y FACTORY -MATTERS, para cerrar la brecha educativa y digital en Tetuán. El trabajo colaborativo entre la administración pública, privada, el sector social y la sociedad civil, son la clave del éxito para hacerlo replicable en otros distritos de Madrid.
Que lo urgente no impida lo importante
Para finalizar, una reflexión: garantizar que todas las personas, especialmente los niños y niñas, puedan satisfacer sus necesidades de afiliación (pertenencia), reconocimiento y autorrealización, marca la diferencia. Les permite romper con la barrera de la desigualdad desde dentro, haciendo uso de sus propias capacidades, y construir un futuro de más oportunidades y con mayor justicia social.
Es urgente atender las necesidades básicas de las personas pero no puede ser a costa del resto de necesidades, indispensables para lograr un empoderamiento individual y comunitario. En este sentido, reivindicamos la importancia de la cultura en la sociedad como vehículo de esperanza y valores humanos, así como la inversión en este sector. Una vez más, la música y el arte están demostrando ser fundamentales para sobrellevar y superar los momentos más difíciles.