Para hablar del impacto social en Acción por la Música es necesario hablar de la Teoría del Cambio. La Teoría del Cambio es una herramienta que nos permite identificar las transformaciones necesarias para lograr nuestra misión y objetivos desde una lógica acción-consecuencia.
Funciona como una hoja de ruta, un camino que nos da la certeza de que, al recorrerlo, llegaremos al destino deseado. Una senda que se va ensanchando conforme avanzamos por ella y en la que generamos impacto a cada paso que damos.
La medición de este impacto es nuestra brújula, nuestra mejor guía y la que garantiza que no nos salimos del camino.
En el caso de Acción por la Música, la senda de la Teoría del Cambio empieza en el momento en el que una familia inscribe a su hijo/a en la orquesta. Generalmente el principal motivo que les lleva a apuntarse no es aprender música. Los principales motivos suelen ser:
- El elevado número de horas semanales (4h/semana mínimo), lo que facilita la conciliación de muchas familias.
- Que la actividad es gratuita y nosotros prestamos los instrumentos musicales: esto es esencial para garantizar la igualdad de oportunidades en el acceso a la actividad.
- La cercanía a los hogares: las actividades se dan en los propios colegios de los niños y niñas en horario extraescolar o en espacios comunitarios del distrito donde viven la mayoría de familias. Esto contribuye a la conciliación y la asistencia, especialmente en ciudades grandes.
Una vez que el niño/a comienza a participar en la orquesta, la música colectiva hace su “magia”. Y lo ponemos entre comillas porque a veces caemos en el error de pensar que el impacto de los proyectos artísticos funciona así, por arte de magia. Pero en realidad hay una profunda investigación que sostiene toda la lógica causal del proceso.
Impacto social individual y familiar
El aprendizaje de un instrumento musical no es fácil y además, algunos instrumentos, como los de cuerda, cuesta esfuerzo y tiempo conseguir que suenen bien. Aprender música de manera colectiva es esencial para mantener la motivación e ir construyendo un sentido de pertenencia que va más allá de su propia individualidad.
No “van a música”, forman parte de una orquesta
Este sentimiento de pertenencia contribuye a generar una identidad común, un elemento esencial especialmente en la población con la que trabajamos. Muchas familias tienen origen migrante y encontrar una comunidad de la que formar parte es fundamental para facilitar el duelo que supone una migración, e ir sintiéndote cada vez mejor en tu nuevo país.
Por eso, en esta fase, la senda de la teoría del cambio empieza a ensancharse. Las familias perciben que para los niños y niñas la orquesta es mucho más que una actividad extraescolar. Y el agradecimiento empieza a asomar, favoreciendo la implicación y participación de manera activa en el proyecto.
Desarrollo de competencias cognitivas y psicoemocionales
Para aprender música en grupo es necesario poner en práctica la escucha activa, la atención, la perseverancia y la generosidad. Desde el primer año de orquesta ya se pueden ver (y medir) cambios en el desarrollo de competencias cognitivas y emocionales de los y las participantes.
Además, la metodología implementada en Acción por la Música, inspirada en El Sistema de Coros y Orquestas del Maestro Abreu, complementa de manera transversal principios de carácter pedagógico y psicososical, trabajando con los jóvenes artistas de manera consciente la responsabilidad, el liderazgo y el compromiso.
La orquesta, en definitiva, es una escuela de vida. Un espacio de convivencia donde, a través de la práctica musical colectiva, se aprenden y desarrollan los valores del espíritu humano.
Esta mezcla perfecta de diversión, ocio saludable, desarrollo cognitivo y emocional contribuyen a que el niño/a vaya transformándose. Así adquiere sin darse cuenta nuevas competencias que terminan repercutiendo favorablemente en otros ámbitos de su vida, incluido el rendimiento académico.
Impacto social colectivo: conciertos que dignifican
La senda de la teoría del cambio se sigue ensanchando con la llegada de los conciertos. El impacto social que tiene para un niño/a protagonizar un concierto es poderoso en todos los sentidos. Tanto para el niño/a, como para sus familias.
Hemos perdido la cuenta del número de veces que las familias nos han agradecido la oportunidad, explicando que nunca habían creído posible que su hijo/a tocase en un escenario.
Los aplausos del público dignifican y los jóvenes artistas se sienten orgullosos del trabajo realizado, tanto individualmente como en equipo. Esto refuerza su autoestima y confianza, impulsándolos a romper barreras y perseguir nuevos retos.
Con los conciertos, la comunidad se suma a recorrer con nosotros el camino de la Teoría del Cambio. El público es consciente de que lo que está viviendo es mucho más que un concierto. Es un ejemplo de cómo otro mundo es posible, y de cómo el arte y la música tienen el poder de transformar realidades.
La importancia de medir el impacto social: herramientas y métodos para evaluar el cambio
Cada año, en Acción por la Música medimos estos cambios con instrumentos específicos que nos ayudan a recopilar la información. Instrumentos de carácter cuantitativo como datos de actividad (número de participantes, asistencia, etc.), test de competencias y encuestas, pero también de tipo cualitativo como testimonios.
Evaluamos, adaptamos y corregimos lo necesario para ofrecer el mejor servicio a las familias.
La revisión continua de nuestro sistema de medición y la transformación digital nos posicionan como uno de los referentes del sector sociocultural en este campo. Hemos desarrollado cuadros de mando virtuales y una aplicación para facilitar el seguimiento de medición de los proyectos.
También, protagonizamos una conferencia online de la mano de Open Value y participamos como ponentes en I Congreso Mundial de El Sistema, donde tuvimos la oportunidad de acercar estos procesos al público en general.
Este año cumplimos 10 años y uno de nuestros mayores logros es que varios de los integrantes de la Joven Orquesta Turina de Acción por la Música, nuestra orquesta de nivel avanzado, llevan desde el inicio con nosotros.
Nos llena de orgullo ver las grandes personas en las que se están convirtiendo. Adolescentes que irradian valores, comprometidos, conscientes y responsables con los problemas de nuestro tiempo. Algunos de ellos han comenzado a trabajar en la fundación, ahora como profesores, para ayudar a niños y niñas que como ellos hace 10 años, se inscriben a la orquesta sin saber qué les deparará este camino.
Un camino de transformación social a través de la música llamado Teoría del Cambio y que, aunque todavía no lo saben, cambiará sus vidas de manera irreversible. Les permitirá brillar y soñar con nuevos horizontes llenos de posibilidades.