Ron Davis Álvarez, músico y profesor referente de «El Sistema», es el nuevo integrante del patronato de Acción Social por la Música.
Naciste en Caracas y creciste en Guatire Guarenas, una comunidad humilde de Venezuela. Gracias a la música y el Maestro Abreu conociste el poder de creer en ti mismo. Ese sentido de superación te lleva, hace nueve años, a Groenlandia, donde descubres tu vocación por la enseñanza y decides luchar por ella a pesar de no dominar el idioma de ese país.
Hace tres años viajas a Suecia para trabajar en «El Sistema Suecia» como Director Artístico y, un día, presencias cómo decenas de niños y niñas, sin maleta y sin una familia que les acompañe, llegan a Suecia huyendo de la guerra, en busca de un futuro y una oportunidad. Una oportunidad que encuentran en la “Dream Orquestra”, una orquesta de inclusión que fundas a raíz de este suceso con el objetivo de lograr la inclusión de personas refugiadas en la sociedad a través de la música.
A partir de entonces, los reconocimientos a este proyecto y tu trayectoria personal no tardan en llegar: en 2017 ingresas en la lista de los 50 mejores profesores del mundo de la Fundación Varkey, eres invitado como ponente de la Global Education & Skills Forum, un evento mundial sobre la educación celebrado anualmente en Dubai y, desde el pasado Septiembre, formas parte del patronato de Acción Social por la Música.
Sin duda, treinta tres años intensos llenos de retos, sueños, frustraciones y aprendizajes. Si miras hacia atrás, ¿con qué te quedas de esta trayectoria?
Hay todavía mucho camino por recorrer. Me queda el agradecimiento de haber aprendido y seguir aprendiendo de grandes maestros. No solamente de estar inspirado por el principal maestro de todos nosotros, el Maestro José Antonio Abreu, sino también de haber aprendido de otros maestros como Gregory Carreño, Ruben Cova, Franka Verhagen, Tupac Rivas y grandes maestros que me mostraron las oportunidades que me ha brindado la música.
Durante este tiempo he aprendido que no hay nada mejor que ser estudiante de nuestros propios estudiantes. Aprendemos todos los días cuando enseñamos. Nos nutrimos y nos formamos y estamos en un constante aprendizaje. Es algo cíclico, estamos siempre aprendiendo y enseñando al mismo tiempo. También han pasado momentos duros, momentos difíciles no solamente personales y de crecimiento personal. Pero cada uno de ellos con una muy bonita enseñanza.
El Maestro Abreu decía que “si algo es realmente bueno, tiene que tener la capacidad de multiplicarse. Si no, es que no es realmente bueno”. El tiempo ha demostrado que la metodología de «El Sistema» sí lo es porque traspasa fronteras y épocas. ¿Cuál es el secreto del éxito?
Yo lo veo algo así como las células madres. Cuando tú tienes una oportunidad no solamente de haber transformado tu vida sino de haber transformado la vida de otros a través de una práctica colectiva, desde ese momento que le entregas a un niño la oportunidad de cantar, de tocar, de tener un instrumento… y este mismo se convierte en un catalizador o en un ente transformador, eso no solamente permite identificarte con el programa sino que también logras que los padres y que la comunidad se identifique con lo que está pasando. Te conviertes en un vocero, te conviertes en embajador de lo que haces. Y eso es lo que ha permitido que se multiplique cada vez más porque la gente no quiere solamente aprender lo bueno sino lograr compartir las cosas buenas con otros. Eso hace que esto siga creciendo.
Entonces, el mayor secreto que tiene «El Sistema» es la oportunidad y la práctica colectiva de hacer arte y transformar la vida de las personas a través de la música. Una de las cosas que yo siempre pienso es, ¿por qué yo multiplico, por qué doy clase en Venezuela, qué me enamoró de la docencia? Pues me enamoró de la docencia justo un docente. Entonces yo creo que el secreto del sistema está en sus docentes, en la capacidad brillante con la que el Maestro José Antonio logró con su secuencia repertorial inspirar a los estudiantes a través de su constancia, de su pasión, de su energía, de su disciplina y de su actitud. Yo creo que justamente esos ingredientes hace que se multiplique cada vez más.
¿Cómo te sientes al ver cómo esta metodología se está expandiendo en todo el mundo?
Me siento feliz de ver que algo que fue creado en Venezuela en 1975 por el Maestro José Antonio Abreu, del que uno fue estudiante, partícipe, ahora se aplic en otros países enseñando justamente la filosofía y la metodología de «El Sistema».
Yo creo que «El Sistema» se ha reinventado, se reinventa en nuevos horizontes. Al mismo tiempo, me preocupa que perdamos un poco el norte de lo que es tocar en «El Sistema». Es un proyecto social que utiliza la música como parte de transformación social a través de la música. Yo creo que hay que tener mucho cuidado porque, a veces, se desvirtúa justamente ese nivel de excelencia, de trabajar duro y conseguir un nivel musical. No estamos pensando en que todos los estudiantes van a ser músicos profesionales pero se trata de no subestimar a los niños en lograr una práctica colectiva y un desarrollo artístico elevado.
En programas en los que trabajo y visito, siempre pongo énfasis en lo increíble que es que estemos multiplicando la voz, la misión y la visión del Maestro José Antonio Abreu. Entonces, es importante también recordar que tenemos que trabajar duro para que sea con ese mismo ímpetu, esa misma disciplina, para que no sea solamente una transformación social. Logrando un nivel musical alto es donde estamos viendo que existe una transformación social.
Sueles decir que “no se trata de cambiar, se trata de confiar”.
Sí, no se trata de cambiar ni transformar, se trata de confiar. Y yo sí creo en la transformación a través de la música pero creo que no se trata de cambiar el mundo, no estamos cambiando el mundo. Nosotros tenemos que confiar un poquito en las cosas en las que creemos y en las cosas que los otros también pueden hacer. Siempre he creído que tenemos que aprender a escuchar, a confiar en nuestros estudiantes. Porque tienen muchísimas cosas que darnos, mucho potencial. Y tenemos que aprender a escuchar y a ver ese potencial porque no se trata de cambiarlos y decirles “les voy a enseñar esta música porque yo sé que es bueno para ellos”. No, porque también ellos a veces traen mucha información que podemos usar de manera pro activa. Y yo sí creo que debe existir ese desarrollo en la confianza de los unos a los otros y también en el liderazgo.
Para ser un buen líder, para empezar un proyecto, para trabajar duro sobre algo, uno tiene que confiar mucho en su equipo de trabajo. Uno tiene que confiar mucho en sus estudiantes. Y también, a veces, uno ve un grupo y ve que musicalmente no está saliendo nada, pero tú mismo tienes que confiar en que va a salir. Tú mismo tienes que creértelo y eso es lo mismo que yo le digo a mis estudiantes. No puedes realizar ningún cambio ni puedes realizar ninguna transformación sin confiar primero en que lo vas a lograr.
¿Qué necesita el mundo para confiar?
Pues primero yo creo que necesita de respeto, de tolerancia. Pero al mismo tiempo de conocimiento. Yo creo que cuando uno busca, estudia y va detrás de ese conocimiento, la gente comienza a escucharte. Entonces, se trata también de tener esa curiosidad por aprender cada día más.
Yo creo que cuando tenemos claro hacia donde vamos o lo que queremos lograr, la gente empieza a confiar en ti. Hay que tener claras esas metas que la gente quiere lograr. Un ejemplo, cuando vas a un salón de clase si tú explicas a un niño hacia dónde quieres llegar con la música que estás enseñando, él va a empezar a confiar en ti y va a dejar que lo guíes. De eso se trata, se trata de que sepas a dónde quieres llegar, cuáles son los objetivos que quieres lograr y hacia dónde te quieres dirigir.
¿De qué manera la música nos ayuda a ello?
La música nos ayuda muchísimo en confiar los unos en los otros porque nos da una voz que a veces no tenemos. Muchas veces no nos sabemos comunicar o no sabemos tener una opinión y la música nos permite eso, nos permite empezar a desarrollarnos como persona. Nos permite desarrollarnos a través de la comunicación porque la orquesta es una comunidad. Y son justamente esos valores que uno aprende, dentro la práctica colectiva, los que te permiten, más adelante, no solamente respetar a los otros sino también a escuchar sus puntos de vista.
Te desarrolla un criterio, te desarrolla la oportunidad de soñar, te desarrolla la oportunidad de tener retos y lograrlos. De sentir justamente lo que se siente después de lograrlo. Ese empoderamiento te permite que, a través de la música, desarrolles la confianza no solo dentro de lo que haces sino en los demás.
Tanto Dream Orquestra como Acción Social por la Música forman parte de una extensa red internacional repleta de proyectos musico-sociales que están cambiando vidas en todo el mundo. ¿Cuáles son los próximos retos a abordar como red?
Yo creo que tenemos que empezar a nutrirnos entre nosotros, entre los programas que ya existen, a través no solamente de «El Sistema Europa» sino también lograr que todos estos programas que están inspirados en «El Sistema» estén más conectados. Que podamos aprender los unos de los otros.
Existen muchos intercambios como el Side by Side, campamentos, El SEYO, que es el campamento de «El Sistema Europa»… Entonces, creo que debe existir un poco más de intercambio. Ese sería el nuevo paso, sobre todo en Europa, ya que los países están más conectados y están más cercanos.
¿Y tus próximos retos? ¿Alguno de ellos te motivó a formar parte del patronato de Acción Social por la Música?
Una de las cosas que quiero es lograr consolidar los proyectos que estoy realizando con la Dream Orquestra. Que la Dream Orquestra sea un proyecto sostenible y apoyar a que otros proyectos sean sostenibles a través del tiempo. Por eso, mi entrada al patronato me llena de felicidad. Es un gran honor ser parte de él porque, sinceramente, siento que no solamente es una oportunidad para aportar y compartir conocimientos sino también de aprender. Aprender de muchísima gente que ha hecho cosas importantes e impresionantes y que también me permite compartir muchas ideas. Espero poder contribuir y ayudar lo más que pueda. Estoy muy contento y al mismo tiempo me siento honrado por esta oportunidad.
Ahora un ejercicio de imaginación. ¿Cómo ves a la fundación dentro de 5 años?
Mira, yo desde hace tiempo, cuando conocí a María y supe sobre la idea de Acción Social por la Música, he visto cómo se ha ido transformando en una organización que va detrás no solamente de los ideales de «El Sistema», sino que también se ha ido fortaleciendo a través de conocimiento, de experiencia.
Siento que en cinco años van a trascender en conocimientos y en las cosas que están logrando a nivel musical. Ojalá en cinco años no solamente puedan tener una orquesta de un nivel avanzado, sino que también sigan transformando y logrando esa inspiración en la vida de muchos jóvenes en Madrid y en todas partes del país. Imagino a Acción Social por la Música expandiéndose, logrando multiplicar esa misión y esa visión que está realizando en Madrid a nivel nacional.
Es un honor tenerte cerca a lo largo de este camino. Nos gustaría tenerte más cerca todavía, ¿nos vendrás a visitar pronto?
Claro que me encantaría visitarlos pronto. De hecho, la idea justamente de ser parte del patronato es estar más cerquita de ustedes. Esa cercanía no solamente me llena de alegría sino que también siento que se van a hacer proyectos muy buenos y estoy muy contento de ser parte de esto y de que me hayan dado la bienvenida a la familia. Me siento totalmente en casa. Ver que están haciendo un trabajo maravilloso y poder formar parte de esto me da mucha alegría.
Sé que vamos a hacer cosas muy pronto y no solamente conciertos sino también vamos a empezar intercambios, estoy seguro de eso. Y bueno, como le dije a María y al patronato, conmigo pueden contar 100%. Yo soy una persona que, la manera en la que trabajo y la manera en la que sueño por metas o por logros, ocurre a través del trabajo con los niños.
¿Y esto es lo que te motiva a emprender un nuevo proyecto?
Cuando a mí me hablan del trabajo que se están realizando con los niños y los resultados que se están logrando, me enamoras de un proyecto. Entonces. estoy totalmente enamorado del proyecto, del trabajo que están haciendo y de los resultados que están logrando con los niños y sus docentes.
Me tienen completamente enamorado de ser parte de esta nueva familia. Así que muchísimas gracias, me siento honrado y feliz de esta oportunidad. Aquí, en Suecia, la fundación que manejo (la Dream Orquestra) y otras fundaciones para las que trabajo, son familias que uno va creando y vínculos que uno va formando. Entonces, cuando uno es invitado a ser parte, a tener opinión, a tener esa inspiración hacia otros, lo veo como una oportunidad y como una gran responsabilidad.
Así que, primero de todo, quiero agradecer la oportunidad que me están dando de ser escuchado dentro de su patronato y también de que mi voz sea un granito de arena para el desarrollo de su institución, así como yo espero aprender mucho de ustedes.