¿Mi experiencia?, ¿Cómo llegué aquí?, ¿Fue el azar?… A pesar de que no creo en las casualidades, me encontraba en la búsqueda de hacer algo que me llenara personal y profesionalmente, que me permitiera mostrar que detrás de las comunicaciones y de las marcas hay más que beneficios y rentabilidad. Y lo conseguí: se llama El Sistema.
Entré a trabajar con El Sistema Nacional de Orquestas de Venezuela con la idea de realizar una campaña que los ayudara a recoger fondos y, en el camino, me di cuenta que más que una campaña había que darle un giro a la marca, un giro que les permitiera mostrar de cara al mundo la fuerza que ella tiene. El trabajo se hizo y entendí que esta no es una marca cualquiera, esta es un motor en constante movimiento que transforma vidas a través de la música y que permite hacer de la sociedad un lugar mejor.
Tuve la oportunidad de entrar en ella, de conocerla, ver su poder y contribuir para reforzarla, para que continúe adelante. Ahora, lo que nunca imaginé es que mi trabajo no terminaría ahí, que iba nuevamente a encontrármela desde otra perspectiva, en otro lugar e inclusive con otro nombre, Acción Social por la Música, pero con el mismo fin: ser generadores de cambio, de cambio de vidas.
El poder transformador que tienen estas dos marcas va a más allá de los niños y familias que tocan directamente. Sus poderes me han mostrado una nueva perspectiva de mi persona, aflorando una sensibilidad, tolerancia y una nueva forma de aplicar las comunicaciones que no conocía.
Hoy y todos los días me levanto a trabajar convencida de que mi aporte, ayuda a un niño a tener un camino claro por el cual transitar, con dignidad y haciendo el bien a los demás. Son las comunicaciones las que abren los canales para que todo el trabajo de aprendizaje musical, orientación psicosocial y los valores que se les inculcan, lleguen de manera efectiva y les ayuden a interiorizar, que siempre se puede ser mejor persona.
El Sistema y Acción Social por la Música son marcas que enaltecen el espíritu, mejoran las relaciones humanas y afianzan tu razón de ser en la sociedad. Son marcas bidireccionales, donde trabajas para ellas y ellas trabajan por ti.